-Si, es la
adaptación de una novela de la escritora americana Suzanne… Collins. ¿Por qué lo preguntas?
-No paro de darle
vueltas: en el año no sé cuantos el
gobierno de turno televisa unos juegos en los que chicos y chicas menores de
edad se dan caña hasta que solo queda uno en pie. ¿Educativo, no?
-Visto así...
-¿Y cómo lo vas a
ver?
-Bueno, hace ya 2000
años existían en Roma…
-…Bla,
bla, bla. ¿Sabes?
No siempre coincide lo que se muestra en pantalla con lo que permanece
en la retina de los espectadores. ¿Qué crees que pensará un chico de 13 años después
de ver pelis como esas? ¡Vamos, es
que llega a su casa y empala al gato!
-Mira, ya puestos, convendrás
conmigo en que no hay pelís buenas o
malas. Hay diferentes géneros, tramas, clasificaciones… El que las quiere ver,
que las vea, y el que no, ¡pues a casita, tío!
-Pues no sé si
convendré contigo. De lo que sí estoy seguro es que debemos agradecer a nuestros profesores
la enseñanza en valores, que si no esto sería Troya.
-¡Exagerado!
-¿Exagerado? Puede,
pero no todo debería valer…
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