29 de junio de 2014

Asesoras pedagógicas

Nunca jamás 
Luego, si se fijan, acaban arrancando esa hilacha de su pantalón, sacudiendo el polvo de las posaderas y, si prestan atención -continuó el Securitas-, verán cómo amenazan con cortarle el pito con esas tijeras… ¡esas!, y apretó el stop del vídeo de seguridad para dejar en primer plano al objeto cortante.
-Pero si son sus hermanas, exclamó confundido el Director del colegio. Por Dios, que eso no es acoso. A ver, ¿qué dicen las niñas?
-Que se la va a cargar cuando llegue a casa por romper el pantalón.
-¿Y el niño?
-Que nunca jamás volverá a jugar al fútbol en el patio.
-¿Y usted? Pues no sé..., ¿que serían unas buenas asesoras pedagógicas?

22 de junio de 2014

Pregúntale a Kitty

Padre e hija se abrazaron...
En época de tormenta el frío, la lluvia y el tedio reinaban sobre La Tierra. Las gentes usaban gorros, bufandas, abrigos, guantes y gruesas botas que les aislaban del triste mundo exterior. Por eso, cuando el sol brilló por fin, no supieron qué hacer. Nadie sabía qué hacer. Podríamos preguntarle a la maestra, sugirió una niña a su padre. Pero la señorita Kitty no halló solución alguna en los libros escolares. El cura leyó un pasaje de La Biblia según el cual vendría lo que estuviera por venir, y la alcaldesa comprobó en el libro de actas que cuando asumió el mando ya era época de tormenta. Desilusionados por no encontrar respuesta (y sentir un hambre atroz), decidieron ir a casa de los abuelos quienes, enterados de sus preocupaciones, les explicaron que en tiempos de sol brillante las gentes se preguntaban por lo que hacían en época de tormenta, y en la de tormenta, por qué hacer en la de sol brillante, en lugar de disfrutar de las maravillas que nos rodean. Padre e hija se abrazaron, bailaron, se engarzaron margaritas en el pelo y lucieron desde entonces sonrisas tan grandes como los cruasanes que los abuelos prepararon para desayunar.

14 de junio de 2014

No era broma

Saltaban las alarmas...
Era una pesadilla. Era como comparecer ante ellos mismos y decirse que sí, que les estaba pasando. A ellos, que trabajaban 24 horas en una prestigiosa firma que les permitía tener una gran casa, un buen coche y darle a él móviles, tabletas, portátiles y lo que fuera menester. Tenían la amarga sensación de estar pagando una fianza sine die por las andanzas de un chiquillo que les estaba partiendo el corazón y robando el alma. Saltaban las alarmas y no sabían desactivarlas: la de faltar dinero, la de fugarse del Instituto... La policía les advirtió, abogados, de las compañías en las que andaba su hijo. Pero, ¿cómo enseñas a un adolescente al que le dices algo hoy y mañana tienes que repetírselo, repetírselo y repetírselo? Pues hablen su lenguaje, pídanle su opinión, consulten a Calatayud… Aconsejaron alegremente en el bufete (perdonen, es broma, se corrigieron al ver sus caras). 

5 de junio de 2014

A 30 metros de pozo

Rescue dog
Mucho me temo que vienen a rescatarme, debió pensar. Habrán oído mis gemidos cuando caí al pozo. ¿Estás bien, Jefe?, les oyó preguntar. Los pelos se le erizaron e intermitentes temblores sacudieron su maltrecho cuerpo. Alguien dijo apártense, voy a por él. En tres segundos descendió los 30 metros de pozo y se plantó junto al animal. Está malherido, gritó, tendré que sacrificarle. Lo remató, lo aseguró al arnés y tiró de la cuerda para que lo extrajeran. Entretanto, ocultó el cadáver de la chica entre las basuras y escombros del fondo. Maldito perro, farfulló. Esta vez casi me trincan. 


1 de junio de 2014

Señorita a la de tres

Pues voy a coger un Diario de Greg y...
-A veces Darío pillaba un libro, se metía en la cama y se quedaba allí hasta terminárselo. Ese truco lo aprendió a los 9, cuando una apendicitis le mantuvo hospitalizado el tiempo necesario para leerse todas las ¡Hola! e Interviú de la planta. Toma, esta es nueva, le decían.
-¿Quiénes? ¿Los médicos?
-Y las enfermeras, y todo el mundo. A partir de ahí, lo puso en práctica una semana si y la otra también. ¿Pero, otra vez enfermo…? Tengo la alergia, refunfuñaba. Tosía, escondía la cabeza entre las páginas y se cerraba como un lirio al atardecer.
-¡Qué listo! Pues voy a coger un Diario de Greg…
-Ni lo sueñes, señorita. Lo que vas a coger es la cama, apagar la luz (clic) y dormirte a la de tres.
-¿Y a Gerónimo Stilton?
-Tampoco.   
-Mamá, ¿dónde está Darío
-Ssst, Corín. A dormir. Se hace tarde.

Aprobó la PAU y se fue a Salamanca a estudiar Literatura. Escribía largas cartas para practicar, decía. La adversidad del azar y un deficiente sistema inmunológico pasaron esa queridísima página de nuestra historia. Pero la vida nos mostró la siguiente aun por escribir. Pelo negro, mirada inquieta… Es la viva imagen de su hermano.

Dos puntos cardinales

"...y la otra Porelotro e indicaba la Luna"
En la isla de las mujeres había dos puntos cardinales: Porunlado y Porelotro. Un día apareció un niño  Porelotro. Ellas lo miraron y él se quedó mirando. Una alargó los brazos y dijo mi niño, y él extendió los suyos y repitió mi niño. Lo llamaron Alteración X21. Alteración creció intentando adaptarse a aquella realidad. Cuando empezó a oler demasiado, usó flores silvestres; cuando le salieron pelos en el cuerpo, utilizó cera caliente, y cuando su voz se volvió grave, ya no supo qué hacer. Se echó al mar en una balsa, con una inmensa confusión y un mapa con dos flechas. Una apuntaba Porunlado y señalaba al Sol, y la otra Porelotro e indicaba la Luna. Miró al frente y vio el Sol, y creyó ir en la buena dirección. Al cabo, llegó a la isla de los hombres. Estos notaron que atraía a las mariposas, tenía poco pelo y sufría amigdalitis, y lo llamaron Down X21. El muchacho supo entonces quién era y, aunque lo trataron bien, solo se quedó el tiempo justo para descansar, cargar la balsa con provisiones y despedirse de los amigos. ¿A dónde vas?, le preguntaron. ¿A dónde vas?, repitió, y puso rumbo Haciaotrositio.