25 de septiembre de 2017

¡Tchac!

¡Tchac!
¡Tchac!
Es alta, imponente como una montaña. Su temible hacha no la blande el más fuerte de los hombres. Tumba pinos de un solo golpe y parte troncos de un solo tajo. Le dicen “La de la leña” porque surte de madera a la población. Cuentan que un día se hartó de traer siempre la madera a casa y, ¡tchac!, le cortó la cabeza al marido de un hachazo. La semana pasada Rosario mandó a su esposo a la montaña y este desapareció. Tal vez la historia sea cierta o la montaña mágica. Esta mañana Socorro le dijo al suyo que fuera a por leña y, quién sabe, quizá a esta hora… 

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