Mientras dejo las pastillas en las hierbas altas Lucía se inclina hacia adelante y,usando sus manos como un cuenco,sorbe agua fresca de la antigua fuente cercana al pino centenario donde nos solemos
encontrar desde hace tanto tiempo. Ese es nuestro lugar favorito. Las pastillas
son de diferentes colores: azules, amarillas, verdes, rojas, naranjas… y cada una lleva una letra sobreimpresa. Lucía coge una pastilla, identifica la letra, le busca la
orientación adecuada y la deja encima del estrecho
borde de la fuente con cuidado, ¡con cuidado!, para que no resbale adentro; a
continuación yo coloco la siguiente pastilla y seguimos así, letra a letra, hasta formar una palabra y completar, por fin, un pensamiento. Ese
es nuestro juego favorito. Quizá parezca sencillo pero, por más veces que lo
hemos intentado, nunca pasamos del “T-e q-u-i-e-r-o”. Esa es nuestra frase favorita. Luego cruzamos
las miradas, encogemos nuestros hombros y, como si lo hubiéramos acordado
previamente, empujamos de una vez todas las pastillas al agua, observando cómo se
hunden en un lento balanceo, mientras nuestras miradas bucean hacia el fondo buscando captar unos últimos destellos que confirmen los resultados del juego y nos
den cita para un próximo reencuentro.
Bienvenid@s a CuatrocientosCuentos. Aquí encontrarás historias, vivencias, diálogos y relatos cortos salpicados de imaginación, creatividad, humor y sentido de la realidad. Adelante. Pasa. Espero que disfrutes (si te apetece, deja tus comentarios en las entradas. Gracias).
L i c e n c i a de autor
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19 de enero de 2013
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