Vamos a comer, niños. |
Deja unos
puntos suspensivos… para luego soltar una coma, y hacer pensar en lo que vendrá después de anotar un punto y coma; crece la
tensión y se promete desvelar el desenlace a partir de este punto y seguido. Así que respira hondo y entre comillas explica brevemente a sus lectores lo que va a suceder después de los dos puntos: “el relato acabará justamente con este punto final (el que está después del paréntesis)”.
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