Sube la tele, hijo… con ese no, con el mando de Netflix. ¿Oyes...? Pues eso, nada. Esas personas ni hablan, ni conversan, ni dicen media palabra. Como un saxofonista sin saxo. No hablan quienes ajustan su paso al ritmo de las explosiones. Pero vaya sí comunican. Nada bueno está pasando cuando observas todo un repertorio de caras desencajadas, miradas perdidas, movimientos exactos. Cuando ves meter la vida en estrechos coches y atarla a panzudas camionetas como exigua esperanza de futuro. Debes aprender esa suerte de señales. Ir allí y ponerte gafas y mascarilla, sentir la tierra moverse bajo tus pies y la ceniza caer sobre tus hombros. Es increíble, pero acabas enamorándote de esa increíble fuerza de la Naturaleza sin apartar la mirada o esconder los oídos al réquiem de desolación escrito a fuego y lava sobre la piel de La Palma. A mi me pasó.
Bienvenid@s a CuatrocientosCuentos. Aquí encontrarás historias, vivencias, diálogos y relatos cortos salpicados de imaginación, creatividad, humor y sentido de la realidad. Adelante. Pasa. Espero que disfrutes (si te apetece, deja tus comentarios en las entradas. Gracias).
L i c e n c i a de autor
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30 de enero de 2022
25 de enero de 2022
Le costó un riñón.
-Querrás decir la bañera. Ahí lo dejaste, ¿no? Fueron las indicaciones del matasanos, meter al estudiante en la bañera, con hielo.
-Eso dije, la bañera... El Erasmus aguantará. Además, solo fue el derecho. Entre la droga, la rubia y la anestesia, no se despierta en un buen rato. Hasta yo me ofrecía voluntario.
-Déjate de historias. Voy cerrando el contenedor térmico con el riñón y tú le dejas a la vista el letrerito de “Si quieres vivir llama al 911” -el de “No molestar" lo cuelgas al salir-. Venga, nos vamos zumbando.
Nota: Gif tomado de https://tenor.com/search/operaciones-gifs
17 de enero de 2022
¿Qué huele tan bien?
Nota: dirección de enlace del gif https://www.google.com/url?sa=i&url=https%3A%2F%2Fworkwear.prolaboral.es%2Fdelantales-cocina-hosteleria%2F&psig=AOvVaw2A1lEXTmE93oeFCqmvFq2r&ust=1642073588577000&source=images&cd=vfe&ved=0CAsQjRxqFwoTCJDIxoePrPUCFQAAAAAdAAAAABAD
9 de enero de 2022
DAFO. Origen mitológico y ejercicio práctico.
2 de enero de 2022
Artesanía de caña
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"...el viejo artesano armaba una cesta" |
- Y eso, viejo, le decían, ¿es una cesta o un sombrero?
-¿A ver si me das?, le retó Jeiziel.
-¿A ver si nos das?, le retaron todos.
Primero, pensó el artesano en dar un pisotón en el suelo y espantarles como se espanta a un gato, ¡zape gato! Luego, creyó mejor aceptar el reto y zumbarle al comandante Jeiziel un cañazo en el trasero como le atizaba a él su maestro cuando fallaba un río de España o una capital de Europa. Pero como lo uno y lo otro se le antojaron poco pedagógico, optó por echar mano al porrón, tomar un ruidoso trago de agua fresca, glu, glur, grul, glu, y poner a la vista -y narices- del comandante y soldadesca su portentoso bocadillo de chorizo y queso blanco.
-¿Me da un poco?, rogó Jeiziel con cara de San Antonio bendito, el santo patrón del pueblo.
-¿Nos da un poco?, suplicaron los demás pillastres poniendo ojitos de aspirante a monaguillo.
Con su afilado cuchillo de destripar conejos, el artesano dio un corte a lo largo, raaas, y dos a lo corto, ras, ras, al bocadillo.
-¿Dos por tres?, preguntó a los pillastres.
-Seis, son seis.
-Pues mira por donde ya sabéis multiplicar.
Luego colocó el bocadillo troceado ante los chicos e insistió:
-Y seis entre seis, ¿a cuántos tocan, eh? ¿A cuántos?
-A uno, tocamos a uno.
-Pues ya sabéis dividir.
-¿Y se dice?
-Gracias, se dice gracias.
-Pues díganlo.
-Gracias.
-Pues ya sabéis educación.
Dando por terminada la improvisada clase y por comido el bocadillo, el artesano de caña mandó a los mozalbetes derechitos para sus casas, ¡hala, a casa!, y continuó armando la cesta e intentando recordar… cómo era… el poema aprendido de su padre…, ah, sí:
Y todo un coro infantil
va cantando la lección
cien veces ciento, diez mil
mil veces mil, un millón.
-¡Ay, si don Benito levantara la cabeza!, se dijo con media sonrisa en la boca.
…
-¿Tiene más bocadillos?
-¡A casa he dicho, majaderos! ¡A casa! Será posible…