¿Usted es bruja... o algo? |
-La Inquisición no
tardará en llegar.
-Toc, toc. Buenas tardes, doña Fenixia. Somos la Inqui.
-Adelante, les
esperaba, pasen.
-Nos han dicho que
hay una bruja.
-Si, está ahí, en
el hogar.
-¿Le puede decir
que salga?
-Fiuuu. Eh, bruja, que salgas…
-Pues no sale. A
dónde vamos a parar. Ya no se dejan apalear ni nada. ¿Usted la conocía de algo?
-No, de nada.
Llegó volando y se metió en casa.
-Es que si no
sale, tendremos que llevarnos a alguien, ¿comprende? No podemos irnos de vacío.
-Ya.
-Oiga, ¿usted es
bruja... o algo?
-¿Quién? ¿Yo? Que
va… Solo hago manzanillas. Para el estómago, ¿sabe? Cuando me duele. Eso es todo.
-Bueno, podría
valer. Infusiones, pócimas, brebajes… ¿qué más da?
-Si lo mira así…
-Hale, coja sus
cosas y nos acompaña… Mire, mejor no coja nada. Le hacemos un juicio rápido, la
quemamos y ya está. ¿Le parece?
-Hombre, parecerme, parecerme… Lo que es parecerme… En
fin, si no queda otro remedio… ¿Puedo pedir un deseo?
-Es que no estamos
autorizados a conceder últimas voluntades. Pero como es un caso
excepcional. Venga, pida, pida...
-Que me quemen con
madera de limonero, que huele mejor, y que depositen las cenizas ahí, en el
hogar, junto a las plumas. ¿Podría ser?
-Eso son dos
deseos. Pero puede, puede…
-Muchas gracias.
Les quedaré eternamente agradecida.
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