"...se apoyó en el brazo de sus allegados" |
Empezó a llorar. Es lo normal en esta situación, pensaron los más allegados. Una mosquita muerta es lo que es, con ese lloriqueo de chihuahua desamparado, mascullaron los de más allá. De felicidad,
opinaron los del fondo, esa mala pécora lo llevó a un centro de salud, donde no hay Urgencias, en lugar de al Hospital General... Los de la funeraria metieron el ataúd en
el coche y enfilaron hacia el cementerio. Ella se apoyó en el brazo de sus allegados, vio como los de más allá caminaban mirándose los zapatos, y observó a los del fondo escudriñando el
cielo por si llovía.
Las malas lenguas siempre tienen un dardo para los demás y nunca se preocupan por aquello que tan ocupadas las tiene.
ResponderEliminarMuy certero
Un saludo
JM
Gracias por su comentario y por su saludo (para la próxima, si la hubiera y no le importa, le tuteo, :). Me costó sacar adelante este relato. Pero como hay poco tiempo y es necesario apostar por algo, aposté por este tema de las "malas lenguas". Gracias también por considerarlo "certero", pues nos es fácil concretar y transmitir la idea que queremos. Ciao.
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