¡Tchac! |
Es alta, imponente como una montaña. Su temible
hacha no la blande el más fuerte de los hombres. Tumba pinos de un solo golpe y parte troncos de un solo tajo. Le dicen “La de la leña” porque surte de madera
a la población. Cuentan que un día se hartó de traer siempre la madera a casa
y, ¡tchac!, le cortó la cabeza al marido de un hachazo. La semana pasada Rosario mandó
a su esposo a la montaña y este desapareció. Tal vez la historia sea cierta o
la montaña mágica. Esta mañana Socorro le dijo al suyo que fuera a por leña y,
quién sabe, quizá a esta hora…
No hay comentarios:
Publicar un comentario