En blanco y negro |
Y nunca le recordaba lo que no se debía contar. Y es
que no hacía falta, porque en menos de
un mes el contable aquél le cogió el tranquillo al asunto del blanco y del
negro. Mira, esto es arroz blanco, ¿ves? Blanco. Lo puedes contar. No hay ningún
problema. Y aquí están las alubias negras, ¿ok? Negras. Pues tú te encargas del
arroz blanco, que de los frijoles negros ya daremos buena cuenta nosotros.
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