¡Aquí! |
Se quedaban discutiendo dónde pondrían el sofá, en qué lugar colgarían los
cuadros o cómo pintarían la casa al verse, por fin, viviendo juntos después
de abandonar el nido familiar donde todo estaba bien planchado y la mesa recién puesta.
Aquí, dijo, él; allí, dijo ella; esto no funciona, dijeron los dos, y se fue cada uno por su lado. Suerte que no firmaron nada.
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