Pues voy a coger un Diario de Greg y... |
-A veces Darío pillaba
un libro, se metía en la cama y se quedaba allí hasta terminárselo. Ese truco lo
aprendió a los 9, cuando una apendicitis le mantuvo hospitalizado el tiempo
necesario para leerse todas las ¡Hola! e Interviú de la planta. Toma, esta es
nueva, le decían.
-¿Quiénes? ¿Los
médicos?
-Y las
enfermeras, y todo el mundo. A partir de ahí, lo puso en práctica una semana si
y la otra también. ¿Pero, otra vez enfermo…? Tengo la alergia, refunfuñaba. Tosía,
escondía la cabeza entre las páginas y se cerraba como un lirio al atardecer.
-¡Qué listo! Pues
voy a coger un Diario de Greg…
-Ni lo sueñes,
señorita. Lo que vas a coger es la cama, apagar la luz (clic) y dormirte a la
de tres.
-¿Y a Gerónimo
Stilton?
-Tampoco.
-Mamá, ¿dónde
está Darío?
-Ssst, Corín.
A dormir. Se hace tarde.
…
Aprobó la PAU y se
fue a Salamanca a estudiar Literatura. Escribía largas cartas para practicar,
decía. La adversidad del azar y un deficiente sistema inmunológico pasaron esa queridísima
página de nuestra historia. Pero la vida nos mostró la siguiente aun por
escribir. Pelo negro, mirada inquieta… Es la viva imagen de su hermano.
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