¡ Muac ! |
Procuraba
no perder sujetándole las nalgas y, estrechándole contra ella, le estampó el
beso que había apostado con sus amigas que le daría antes de acabar la fiesta,
el mismo plazo que le dieron a él los suyos para conseguir que la rubia del
fondo le apretujara los glúteos... o lo que fuera. Y allí estaban, uno
despegándose de los labios de la otra, y esta soltando el culo del primero. A
decir verdad, a ninguno le hizo gracia aquella escena, y a nadie le pareció que
hubieran ganado o perdido algo. Así que, girando sobre sus talones, regresaron
por donde habían venido, sin haberse saludado, despedido o dicho algo entre
medias.
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