
Bienvenid@s a CuatrocientosCuentos. Aquí encontrarás historias, vivencias, diálogos y relatos cortos salpicados de imaginación, creatividad, humor y sentido de la realidad. Adelante. Pasa. Espero que disfrutes (si te apetece, deja tus comentarios en las entradas. Gracias).
L i c e n c i a de autor
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18 de diciembre de 2015
Noviembre

7 de diciembre de 2015
La DGT no perdona
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La DGT no perdona. |
Las besa con suma
conciencia para no equivocarse, las santigua tres veces con el pulgar y frota en el pantalón la pata de conejo y la cabeza de ajo antes de guardarlas en el bolsillo. A ver, se dice a continuación, ato el cinturón, regulo el retrovisor, meto la
primera y… ¡Stop!, interrumpe el instructor, no salga usted, está suspendido. Otra
vez, replica airado, pero si no he salido… La cartera, indica el instructor, no ha comprobado el
dinero para las multas de tráfico de hoy. De cualquier tiesto puede brotar un policía
que le multará por algo. Recuerde… Si, si, acepta de mala gana, ya sé, la DGT no perdona.
Con cara de ángel
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Para que hacen falta amigos... |
Vuelven a dejarlos debajo de la cama junto a los zapatos, empujándolos hacia atrás con los talones para alejarse de ellos, para contrarrestar sus efectos, para aliviar la tensión acumulada durante el día. Saben que volverán por la mañana, los que les han tocado en suerte y los que les han colgado como un sambenito. Son unos supervivientes. Deberían plantarles cara. Y los otros están ahí, como si no hubiera pasado nada, como si fuera lo más natural del mundo. Míralos, no se cansan de tanta intriga, prejuicio y maledicencia. ¡Ja!, para que hacen falta enemigos con compañeros como esos. Deberían tomarse unas vacaciones para descansar de ellos mismos.
8 de noviembre de 2015
Cántala otra vez, Frank
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We live a life that´s full... |
2 de noviembre de 2015
Zas, de un plumazo.
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Pero no vio nada... |
Miró a izquierda y derecha. Oteó el horizonte con la mano por visera, así, pero
no vio nada. Créanme, no sabía que estaba pasando. Funcionaba bien en la paz,
pero en la guerra la cosas eran diferentes. Vaya si lo eran. Todo el mundo conocía
la existencia del Penal, Administrativo, Procesal, Constitucional y hasta del Internacional. Las gentes hablaban de derechos humanos, a la vida o al asilo, pero
cada vez que cruzaba una frontera, zas, todos acababan ahí, donde empezaban
los del otro pueblo. Así fue como pasó, queridos niños y niñas. El Derecho supo
que existía una franja de terreno donde no tenía cabida, donde la Política
campaba por sus respetos y era quien se encargaba de ir buscando acomodo, según
correspondiese, a la ley, la justicia, los derechos y la dignidad.
30 de octubre de 2015
El perro de Pavlov
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¡Gracias, Pavlov! |
Un señor con levita parecido
a Pushkin se mete hasta la recepción
del hotel. Le atiende una recepcionista regordeta y colorada a la que llaman Matrioska. El que se parece a Pushkin saca un Kaláshnikov con la
intención de volarle a Matrioska la
tapa de sus sesos rusos. La recepcionista acciona la campanilla del mostrador
con la palma de la mano. El perro se lanza sobre el terrorista y le rompe el
brazo de una dentellada. ¡Gracias, Pavlov!, dice Matrioska mirando al techo.
11 de octubre de 2015
El café de las siete

7 de septiembre de 2015
Te fuiste, socio.
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Había que tener un traje gris. |
Pedían mayoría de edad, el Graduado en ESO y
residir en el municipio. Puntuaba la experiencia en esteticismo, escayolista o
composición floral. Era imprescindible disponer de un traje gris, de corbata y
debían abstenerse depresivos e hipocondriacos. Las pruebas se celebrarían el
sábado por la mañana y consistirían en redactar una esquela, recitar un
epitafio y sellar una tumba. Las dos primeras se realizarían in situ, en la sala de espera de la
empresa, y la tercera en otro situ,
en el camposanto municipal. Y así fue. Lo de la esquela lo resolvió en diez
minutos, pues llevaba bien aprendido aquello de “…tíos, primos y demás familiares…”. Como epitafio declamó un “Te fuiste, socio” fácilmente adaptable al sexo femenino cambiando la o por
la a. Para el sellado de la tumba vertió media bolsa de yeso en un balde con
agua, colocó la tapa del nicho, y lo enfoscó todo en un santiamén. Observó
gestos de conformidad, recibió tres palmaditas en el hombro y le dieron el
puesto. Un mes de prueba, le dijeron. ¡Ah!, y que mañana tenían el servicio de
Rafael Tarta Ruibarbo, Felo el pastelero, para más señas. Que Dios lo tenga en
su gloria.
1 de septiembre de 2015
Algo pasa en el bosque.
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El Consejo del bosque |
20 de julio de 2015
Eh, toro, eh...
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¡Eh, toro...! |
Me
acabé la rebanada de pan y entré en la casa de Manolete.
Llamaban así al abogado que fue torero hasta que el respetable coreó el nombre
del toro durante una cogida. Tuve la sensación de entrar a una plaza o rodeo. El zaguán parecían los toriles: estrecho y con
una protección de madera por el que avanzaba metiendo el hombro. Los pasillos rebosaban
flores, carteles, y Macarenas por
todas partes. Entrar al despacho fue como saltar al ruedo, pues me encaré a un
letrado parapetado tras su mesa y a una cabeza de toro empotrada en la pared
con un letrero debajo que decía JURISTA. Mi vista fue del letrero al letrado, y
del letrado al letrero y, sin poder ocultar mi cara de sorpresa, avancé por la
arena sopesando la posibilidad de empezar la consulta
con un ¡eh, toro, eh! y de obtener un
mugido por respuesta.
9 de julio de 2015
Por poco
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Por poco, ¿eh, amigo? |
Su mujer lo sorprendió en el garaje subiéndose
a la bici. Ten cuidado, le dijo. Él
restó importancia al comentario porque el domingo por la mañana apenas había
tráfico en la carretera. Era la misma carretera secundaria por donde un tráiler
de 30 metros de largo y 20 toneladas de peso avanzaba peligrosamente invadiendo
el carril contrario en los tramos más comprometidos. Todo sucedió en un golpe
de pedal. La bestia metálica apareció en la curva devorando la calzada hasta
dejar dos palmos de asfalto que le salvaron de morir con la cabeza reventada
contra la carrocería del camión que en medio del chirriar de frenos, gritos
desesperados y una densa polvareda gris embarrancó 50 metros más adelante
destrozando vallas, arbustos y todo cuanto encontró a su paso. La sangre golpeaba
sus sienes, un sudor frío corría por su
espalda y el tembleque de las piernas le obligó a bajar de la bici e hincar las rodillas en el suelo
hasta que las fuerzas le abandonaron. Por poco, ¿eh, amigo?, por poco… le decía
el camionero dándole palmaditas en la espalda mientras él sacudía la cabeza
incrédulo y sentía el calor del orín entre las perneras del culotte.
2 de julio de 2015
Bíbidi Bábidi Bu
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¿Qué quieres, niña? |
Llegaba
justo a tiempo y descubrió una carrera en su
media como la maratón de Boston. Con aquella pinta no ganaba el pleito del que
robó sus propias gallinas durante un arrebato de doble personalidad. Tuvo que
apretar los labios con fuerza y apelar a su gran
capacidad de autocontrol para evitar la expulsión
de los demonios que se agolparon en su boca. Se dirigió al servicio. Se sentó y
cerró los ojos. ¡Hada madrina, hada madrina…!, suspiró. ¿Qué quieres, niña? Unas
medias nuevas, pidió incrédula a un par de piernas embutidas en sendos zuecos
blancos que asomaron bajo la puerta del váter precedidos de una mopa. ¿Te
servirán estas…? Se las caló de un tirón, dijo te quiero Maruca, le estampó un sonoro beso en
la boca (¡uy!) y, con un cambio radical en el semblante, entró en la sala dispuesta a
hacer desaparecer a aquellos ignorantes corruptos desmemoriados que decían no saber ni recordar nada.
28 de junio de 2015
La mujer del General.
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Es una mujer. |
Volví a enfocar su figura uniformada en la mirilla
del rifle. Me pareció familiar. La forma de andar, de moverse… Pero... si es una mujer. ¡Es
su mujer, General! Hace señales con una linterna. Dice que se dejó las medallas
en la mesilla de noche. Se las ha traído. Para que pueda mandar. También dice que apunte
los cañones hacia otro lado. Que por donde
ella viene no hay enemigos. Pregunta en qué está pensando. Qué clase de
asesores militares tiene. Pide que mande a alguien a por las medallas. Ya.
Siente no poder acercarse más. Por si se escapa una bala. Y manda un abrazo. Y
un beso. Para usted, General. Eso dice.
10 de junio de 2015
¿Y la sopa?
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¿Y la sopa? |
-¿Cómo
va el aparato, cariño? ¿Funciona?
-De
maravilla. La Inquisición sabía hacer estas cosas.
-¿Y la
sopa?
-Hombre,
espera a que acabe con la gallina, y después la preparo en un momento.
2 de junio de 2015
Infusiones, pócimas y brebajes.
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¿Usted es bruja... o algo? |
-La Inquisición no
tardará en llegar.
-Toc, toc. Buenas tardes, doña Fenixia. Somos la Inqui.
-Adelante, les
esperaba, pasen.
-Nos han dicho que
hay una bruja.
-Si, está ahí, en
el hogar.
-¿Le puede decir
que salga?
-Fiuuu. Eh, bruja, que salgas…
-Pues no sale. A
dónde vamos a parar. Ya no se dejan apalear ni nada. ¿Usted la conocía de algo?
-No, de nada.
Llegó volando y se metió en casa.
-Es que si no
sale, tendremos que llevarnos a alguien, ¿comprende? No podemos irnos de vacío.
-Ya.
-Oiga, ¿usted es
bruja... o algo?
-¿Quién? ¿Yo? Que
va… Solo hago manzanillas. Para el estómago, ¿sabe? Cuando me duele. Eso es todo.
-Bueno, podría
valer. Infusiones, pócimas, brebajes… ¿qué más da?
-Si lo mira así…
-Hale, coja sus
cosas y nos acompaña… Mire, mejor no coja nada. Le hacemos un juicio rápido, la
quemamos y ya está. ¿Le parece?
-Hombre, parecerme, parecerme… Lo que es parecerme… En
fin, si no queda otro remedio… ¿Puedo pedir un deseo?
-Es que no estamos
autorizados a conceder últimas voluntades. Pero como es un caso
excepcional. Venga, pida, pida...
-Que me quemen con
madera de limonero, que huele mejor, y que depositen las cenizas ahí, en el
hogar, junto a las plumas. ¿Podría ser?
-Eso son dos
deseos. Pero puede, puede…
-Muchas gracias.
Les quedaré eternamente agradecida.
31 de mayo de 2015
Nada por aquí
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Baraja digital |
-Lo ve señoría,
apuntilló el fiscal, si usted hubiera jugado, habría perdido.
-Usted lo ha dicho, señor fiscal, se trataba de un juego.
El jurado confirmó que tenía su veredicto y la jueza indicó
que lo metieran bajo una de las cartas de la trilera.
-Señor fiscal…
-Si, señoría…
-¿Podría usted levantar una carta?, preguntó la trilera.
18 de mayo de 2015
Adiós, Barby
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¿Has visto mis Barbies? |
-Y las azules, las del abuelo Kent. Para la abuela Barby las rosas, como si las sujetara entre sus manos.
-María, ¿te estás vistiendo? No olvides ponerte el lazo rosa, a juego con la blusa, la falda y los zapatos.
-Y con el bolso. Sí, ma... Mira que guapos están ahora. Con sus flores, sus mortajas y sus ataúdes a juego.
-María, ¿has visto mis Barbies? Llevo varios días buscándolas...
-Ya sabes que no son mis juguetes favoritos. Hala, al horno crematorio (plic) y este cuento se acabó. Me voy, ma...
-Oye, ¿no te huele a quemado? ¿Y ese humo que sale del microondas? ¡Marííía...!
1 de mayo de 2015
El informe
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Tema 14: El informe. |
Eran las siete y aún quedaba tarde por delante. Cuántas horas llevaría levantado: once, doce… El móvil vibró sobre la mesa y entró un whatsapp de su mujer con un trae pan
para la cena. Contestó OK y pensó que no había comido con fundamento, como decía su madre. ¡Ay! Su madre. Era la
decana del colegio de abogados y le había encasquetado aquel trabajo en la academia. Tenía que impartir un programa
de gestión administrativa para ayudar a los
opositores a superar las pruebas de acceso a diferentes cuerpos de seguridad. El
tema del día era El informe. No tenía mucha idea pero, ¿acaso todos los informes
no eran iguales? Repasaba los apuntes cuando algunos aspirantes le sorprendieron
preguntando qué hacía allí si no tenían clase con él. Recogió sus cosas y salió pitando hacia la
panadería. Hoy podría ver a su hijo antes de que se durmiera.
27 de abril de 2015
Y se murió
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"...le dio el infarto" |
El
incómodo cadáver del mediador familiar aún estaba caliente cuando llegaron la
policía, los servicios médicos y un representante de la empresa “LO MEDIAMOS TODO, SL”, especializada en
solución de conflictos, a la cual pertenecía el difunto. Fue ponerse a hablar y
le dio el infarto, explicó mi mujer a los allí presentes. No sabemos qué está
pasando, pero se multiplican los casos de crisis nerviosas y de ansiedad, afirmaron
los de urgencias. Pues nosotros no paramos de atajar agresiones y maltratos
físicos y psicológicos, destacaron los policías. Señores, señores, no vamos a ponernos a discutir aquí ahora, dijo el de la empresa, y se murió.
23 de abril de 2015
Una idea brillante
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"Bum, bum..." |
Bum… Los cañonazos alumbraban la noche frente
a las atentas miradas del vecindario. Bum, bum, bum… Parecía la de San
Quintín, Waterloo o Pearl Harbor, vaya usted a saber. Bum, bum… Los chiquillos
correteaban en la plaza recogiendo los cohetes quemados que aterrizaban por todas
partes… Cuando todos esperaban la traca final para marchar a sus casas, alguien
gritó que había fuego en el monte. Llama a los bomberos, apremiaron unos al
concejal de cultura, fiestas y celebraciones varias. No, es mejor a los de medioambiente,
urgieron otros al de parques, jardines y monte bajo. A quién se le habrá
ocurrido la brillante idea, preguntaron todos al alcalde, que no sabía si ir,
venir o estarse quieto. Al que asó la manteca propusieron unos clientes del
Grill El Atracón, que habían salido un momento a disfrutar del evento. La
inquieta mujer del electricista opinó que, fuera quien fuese, debía tener los
plomos fundidos; y que no llegaba a dos dedos de frente aseguró el maestro,
quien dijo saberlo de buena tinta. Gracias a que fue el pajar del Pepón lo que
ardió, que si no va toda la corporación al calabozo por autorizar semejante
despropósito pirotécnico en plena canícula estival.
14 de abril de 2015
La apuesta
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¡ Muac ! |
Procuraba
no perder sujetándole las nalgas y, estrechándole contra ella, le estampó el
beso que había apostado con sus amigas que le daría antes de acabar la fiesta,
el mismo plazo que le dieron a él los suyos para conseguir que la rubia del
fondo le apretujara los glúteos... o lo que fuera. Y allí estaban, uno
despegándose de los labios de la otra, y esta soltando el culo del primero. A
decir verdad, a ninguno le hizo gracia aquella escena, y a nadie le pareció que
hubieran ganado o perdido algo. Así que, girando sobre sus talones, regresaron
por donde habían venido, sin haberse saludado, despedido o dicho algo entre
medias.
6 de abril de 2015
Besos, cariño.
A
cada vuelta del tambor de la lavadora se le iban cerrando los ojos hasta que se
durmió envuelto en el aroma tradicional del jabón de Marsella… Hacia las ocho
de la tarde, el persistente tonillo de fin de programa con que el
electrodoméstico premiaba la doble jornada femenina, le sacó de aquel letargo. Allí,
en el cuarto de pileta, con las narices metidas en un revoltijo de ropa con el
sudor de la semana, despertó envuelto en una manta que esperaba turno de lavado
y con un pósit en la frente diciéndole que pusiera otra lavadora, que ella iba
a hacer la compra para el finde. Besos, cariño.
31 de marzo de 2015
Boop, boop...
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B.B. |
Pudo ser la falta de previsión, o quizá el estrés del viernes, lo que llevó a la joven abogada a cometer el imperdonable
error de olvidar sobre su mesa el expediente para el lunes. El anterior fallo le
costó la suspensión
de privilegios adquiridos y no estaba dispuesta a que un tercer despiste la dejara
en evidencia y cuestionara su valía profesional. Lenguaje no verbal, se dijo mirándose al retrovisor, decidida a
regresar desde el garaje en busca del archivo. Soltó su
melena, repintó los labios y, sacando una
pierna fuera, comprobó que la altura del tacón era perfecta... El guardia de
seguridad cedió el paso a Lucy; las trabajadoras de limpieza saludaron
a la Señora
Smith; los de mantenimiento se creyeron en Sin City cuando Mijo los sobrepasó sin pedir permiso, y el jefe
regaló un indulto a Betty Boop sin que esta llegara a comunicar delito alguno.
30 de marzo de 2015
Juanillo: 1990-2015.

15 de marzo de 2015
Pío, pío
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Pío, pío... |
Seguía atrapado allí dentro, y no podía salir. ¿Cuánto tiempo llevaría encerrado? Era como si siempre hubiera sido así. La de cosas que iba a hacer cuando saliera... Comenzó a percibir luces y sonidos fuera. El calor se hizo insoportable y el lugar más estrecho, constriñéndole de tal forma que se vio impelido a quebrar las paredes que le aprisionaban hasta sacar la cabeza al exterior. Pío, pío, fue todo cuanto alcanzó a decir.
6 de marzo de 2015
Amarillas, rosas y azules
Se
conocieron anoche, en la fiesta de jubilación, y hoy se levantaron en el piso
de él aireando sus vidas y recogiendo los bártulos. Empezaron ordenando los cacharros de cocina; después limpiaron el baño y, cuando pasaron al
dormitorio, hicieron su maleta con lo imprescindible, que era todo. Terminaron guardando los
cuadros, títulos y certificaciones que decoraban las paredes del salón… En la
casa de ella no había ropa que recoger ni basura que sacar, pero las cajoneras
escondían más folios, subrayadores y pósit amarillos rosas y azules que flores
tenía el campo. Y cuando enfrentaron las baldas que les sonreían
bajo el peso de libros y archivadores, a él se le escapó un uf, qué grande es
esta casa, y a ella un ay, qué larga es esta vida, y a los dos un qué caray, si
podía vivirse dos veces, y qué bueno, ¿no?, y qué viva la esperanza de vida esa,
y qué viva, viva, viva… Se hicieron unos selfis, mandaron unos whatsapp a sus hijos diciendo que se
ausentarían una temporadita, y salieron a la calle con el corazón henchido, las manos entrelazadas y las ideas locas.
14 de febrero de 2015
Delirios de grandeza
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¡Voilà! |
-Le
faltarán, al menos, un par de centímetros para alcanzar la base del trapecio.
-Déjalo
ya, Esfe. Es solo un cuadradín recién
trazado.
-Patéticas.
Son patéticas estas figuras planas. Lado por lado. En fin…
-Ya
evolucionarán. Fíjate en Pentágono: lo
proyectas en 3D y, voilà, resulta un prisma pentagonal.
-Bah,
ese es otro. Se cree tan recto, tan perfecto, y total sigue siendo base por la altura.
Como todos.
-Ay, Esfe, cómo eres…
-¿Cómo
soy?
-Redonda,
mi´ja, redonda. Con todos tus
argumentos equidistando de tu ego.
18 de enero de 2015
No era un iglú
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...Un iglú para resistir el frío polar... |
Inmediatamente
pedí que cerraran la tapa del ataúd y comprobé que el frío de la mañana
desaparecía al hundirme en el mullido interior de la última novedad de
ENSERES FUNERARIOS SA. Desde fuera promotores, diseñadores y tapiceros gritaban qué me parecía el nuevo modelo y, al tiempo que me incorporaba empujando la
tapa del cajón con la mano izquierda, contesté que de acabados y
confortabilidad Ok, pero carecía de sistemas automáticos de apertura interna,
de ventilación asistida y localización GPS, y que tampoco incluía kit de
supervivencia, a lo que me respondieron que aquello no era un iglú para
resistir el frío polar, o un cohete espacial para viajar a Marte, sino una caja
de pino lacado para ir de entierro. Lejos de arrugarme, les solté que lo
sentía, pero que dado el estado de catatonia general en que la crisis tenia
sumida a la población, o subsanaban las no conformidades reseñadas, o les
harían falta dos vidas para obtener la acreditación de enterramiento seguro que
la APEMP, la Asociación para la evitación de la muerte prematura, a la cual
representaba, otorgaba únicamente a las empresas del sector que cumplían
escrupulosamente con los citados requisitos.
8 de enero de 2015
En brazos de Morfeo
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Zzzzzzzz |
Sin saber
por qué, le di un puñetazo, pero fue más rápido que yo y, henchido cual tonel de vino 0+, levantó el vuelo para
aterrizar en un lugar del techo donde se creía inalcanzable. Tomé la pala
matamoscas, le di las gracias a Papá Noel por regalármela ex profeso, y le aticé un estacazo que le hizo explotar como un
tomate cherry bajo las ruedas de un Ferrari. Fue un acto terapéutico. Exhalé un
suspiro que se oyó desde Morón y descansé, por fin, en los
brazos de Morfeo, sin importarme demasiado lo que pasara en el resto del mundo –o
en aquella base aérea.
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