-Javi, qué…, ¿qué haces…?
Ja…
(…Asiéndome con fuerza a la aleta dorsal del
cetáceo, aproveché la inercia de su desplazamiento
para dar un increíble salto mortal y quedar sentado a horcajadas sobre sus lomos).
-¡Ay! Javi… Pero… ¿qué dices, hombre? Ja, ja…
(Presioné los pulmones del mamífero con mis poderosas
piernas hasta que sus orificios nasales se colapsaron y su piel azuleó por la
cianosis, pero logré encaminarlo hacia aguas más seguras fuera del alcance de aquél
ballenero asesino).
-¡Qué me asfixias, ja, ja… ¡Despierta ya, hombre! Ja, ja, ja…
-…La ballena… …el asesino… Julia… ¡Julia!
-Suelta, suelta… Ja, ja, ja… ¿Qué? ¿Otra vez a la greña con el capitán Acab, no? Ja, ja, ja… Venga, déjame ya, anda, que me ahogas en este encrespado
mar de mantas y sábanas revueltas. Arriba, arriba, paladín de los mares,
que tenemos reunión con Greenpeace a las nueve… y se hace tarde.