18 de diciembre de 2015

Noviembre


Van a ir a comprarse unos zapatos nuevos y un helado. La madre y la hija. Las dos. ¡Cuánto tiempo hacía que no salían juntas! Los zapatos: rojos, para estar guapas por fuera, y el helado: de fresa, para refrescarse por dentro. Adiós, dijeron; atrás, miraron... Lanzaron un beso volado y asiendo los bolsos por las bandoleras enfilaron hacia la cafetería de enfrente primero, y a la tienda de la esquina después, dispuestas a disfrutar de aquel espléndido día del año quince. ¡Qué más se podía pedir!

7 de diciembre de 2015

La DGT no perdona

La  DGT no perdona.
Las besa con suma conciencia para no equivocarse, las santigua tres veces con el pulgar y frota en el pantalón la pata de conejo y la cabeza de ajo antes de guardarlas en el bolsillo. A ver, se dice a continuación, ato el cinturón, regulo el retrovisor, meto la primera y… ¡Stop!, interrumpe el instructor, no salga usted, está suspendido. Otra vez, replica airado, pero si no he salido… La cartera, indica el instructor, no ha comprobado el dinero para las multas de tráfico de hoy. De cualquier tiesto puede brotar un policía que le multará por algo. Recuerde… Si, si, acepta de mala gana, ya sé, la DGT no perdona.

Con cara de ángel

Para que hacen falta amigos...
Vuelven a dejarlos debajo de la cama junto a los zapatos, empujándolos hacia atrás con los talones para alejarse de ellos, para contrarrestar sus efectos, para aliviar la tensión acumulada durante el día. Saben que volverán por la mañana, los que les han tocado en suerte y los que les han colgado como un sambenito. Son unos supervivientes. Deberían plantarles cara. Y los otros están ahí, como si no hubiera pasado nada, como si fuera lo más natural del mundo. Míralos, no se cansan de tanta intriga, prejuicio y maledicencia. ¡Ja!, para que hacen falta enemigos con compañeros como esos. Deberían tomarse unas vacaciones para descansar de ellos mismos.