3 de noviembre de 2014

¡Totoroto!

¡Totoroto!
El muñeco fue el primero en cerrar los ojos cuando le encajó la cabeza en el cepo. Lucía lo llamaba Totoroto y abría y cerraba los ojos cuando lo giraba arriba y abajo. Luego encajó a Lucía y le dijo que cerrara los ojos, como Totoroto. Luego me encajó a mí y dijo así, juntos, como  hermanos. Accionó la primera palanca y la cabeza del muñeco cayó al suelo boca arriba. Lucía abrió los ojos y gritó ¡Totoroto!, ¡Totoroto!, pero logró calmarla diciéndole que estaba vivo porque tenía los ojos abiertos. Iba a accionar la segunda palanca cuando nuestros padres llegaron corriendo como locos a los gritos de Lucía…

2 de noviembre de 2014

Como espuma por la playa

"...como espuma por la playa".
Era temprano. Entrarían sin prisas, dándose todo el tiempo del mundo. Fila 23, butacas 13, 14 y 15. Como su mujer repetía que las cosas no pasan porque sí, buscó una explicación para aquella decisión. La de llevar 23 años juntos y haber tenido una novia a los trece le satisfizo. Se echó unas palomitas a la boca, dio un largo trago al refresco de su hijo y se dejó asaltar por recuerdos ya olvidados… Sí. Con aquella chica quedó por primera vez en el cine. El que tenía las sillas de madera. De tijera, se decía, porque eran de abrir y cerrar. Salías masajeándote el culo cuando terminabas de ver la película… Fue su primer amor. Que guapa era. Y que dulce. Luisa. Caminaba deslizándose sobre el suelo como espuma por la playa. Él era muy joven y no la supo corresponder. Más tarde ella le dijo ruborizada que tenía otro novio. El dio media vuelta y se fue. La volvió a ver esporádicamente, por aquí y por allá, hasta que le perdió la pista. Se pregunta si aún vivirá. Sí, se responde, no hace tanto. Tan solo cuarenta años.