21 de febrero de 2013

Yo doy

Tú das, él da.
Desde la habitación de su hermanita vio la inequívoca silueta recortarse cinco plantas más abajo sobre la marquesina del autobús 104, con parada en Hospital Universitario. Brrr, brrr, brrr… se encendió la luz de pantalla y su antiguo Samsung Corbi vibró sin tono sobre la mesilla a las tres de la tarde.
-Carlos. No lo sabíamos, nos acabamos de enterar. Todo el claustro está conmocionado. ¿Cómo está  Patri?
-…Hace dos horas que se la llevaron a la UCI... No me han dicho más.
-Se pondrá bien. Seguro que sí. ¿Y tú… cómo estás?
-…
-¿Carlos, te encuentras bien? ¿Carlos?
-Piiip, piiip, piiip
Miró nuevamente hacia la marquesina y allí seguía erguida, tétrica, carontesca. Sus padres murieron en el acto en la TF5, y a él lo localizaron una hora más tarde, impartiendo su clase de griego, en el segundo curso de bachillerato, grupo F, de Humanidades.
-¿Carlos Anragas? ¿El profesor Carlos Anragas?
-Sí, soy yo. Soy yo.
-Sabemos lo duro que es para usted, pero debe pensar que otros niños y niñas pueden salvar o mejorar su calidad de vida gracias a su hermana.
-Lo sé...
Se giró abatido hacia la marquesina una última vez. No vio nada, ni a nadie.

14 de febrero de 2013

Jamón del bueno

Jamón ibérico
-El leve crujir de la viga de la que cuelga su padre los jamones es como el sonsonete de los jardineros cuando hablan a las plantas o la música que algunas madres ponen a sus bebés antes de nacer.
-¿Usted cree? Mi padre me habló de tiempo, temperatura, humedad, altitud, incluso de  ventilación… Pero ponerle música… a una pata de cerdo colgada del techo…
-Hágame caso, amigo. La cultura popular hace la tradición, y sobre ella descansa la maduración de los jamones. Por eso los niños van tan pronto al colegio.
-¡Caray! Tiene razón. No había caído en ello.
-Cada pieza se moldea una a una, y al igual que los chicos despuntan en el Instituto, sus aromas ocultos afloran paulatinamente.
-¡Claro! ¡Es increíble!
-Resulta lo mismo con la formación universitaria: cambios enzimáticos y bioquímicos posteriores originan las excelentes cualidades de aroma, sabor y textura del jamón ibérico.
-¡Madre mía! ¿Sabe qué? Que eso debe ser largo y costoso, porque una vez intenté comprar un pata negra y me quedé ahí, en el intento.
-Imagino.Pero vale la pena.
-No le digo que no, pero… ¿se llegan a exportar?
-¿Los universitarios? !Qué va! Si no hace falta. Se van ellos solos. Fuera.

12 de febrero de 2013

Viendo a Jack Reacher


Sala 1: El vuelo; Sala 2, Rompe Ralph; Sala 3, Los Miserables; Sala 4, Jack Reacher…

Tom Cruise
-A ver: me estoy saturando de Denzel Washington; de animación, reservo hueco para Tintín (y la segunda entrega de Los Increíbles), y debo mentalizarme más para un musical. Me quedo con Jack Reacher. La vi la semana pasada, pero la volvería a ver.
-¿Cuántas veces ves tú las pelis?
-¿Las  buenas…  buenas? Pues las que la economía me permita.  Avatar la vi dos veces en los Millenium;  tres, en los Yelmo; en mi casa la tengo en Blu-ray, y también la he visto en casa de Borja. El caballero oscuro lo vi en los Millenium dos veces; tres, en los Yelmo
-¡Para! Para, que te pareces al Inmanol Arias con lo de GAES y el “se lo repito”. No sabía que fueras tan cinéfilo.
-No es para tanto. ¿O es que tú esperas tres años para ver pelis que te gustan anunciadas a bombo y platillo en televisión como “El peliculón de la semana”?  Es para caerse de culo. Yo me he caído en varias ocasiones.
-Estas de broma.
¿De broma? Imagínate: ¡Spiderman, el peliculón de la semana!

¡Plof!

-Ves, te has caído.

7 de febrero de 2013

Teatro para dormir en paz

Hombre del saco
“Lleva horas durmiendo en su cunita como un ángel”, dijo la abuela desde el fondo del dormitorio, adornando la expresión con los mismos gestos y aspavientos que utilizó en sexto de Primaria para colarse en el grupo de teatro, mientras observaba por encima de sus gafas a Gabri pegado a la falda vaquera de su madre como arco a las cuerdas de violín.
-¡Si, como un ángel le voy a dar yo!, grité enfurecido entrando en la habitación, mirando a derecha e izquierda, buscando al temible malhechor. ¿Dónde estás? ¡Por mucho que te escondas, te encontraré!
-¡Allí, , allí…! Señaló Gabri ansioso, en dirección a la cuna.
Me acerqué en dos zancadas, cargué con la almohada y, simulando un esfuerzo sobrehumano, la arrojé sin contemplaciones por la ventana.
-¡Vete y no vuelvas más, Hombre del Saco! ¡Aquí no te queremos! Y entérate de que fue Gabri quien nos dijo que estabas en su cuna.
Gabri soltó a su madre y corrió como una exhalación hacia la ventana, comprobando satisfecho como desde el jardín el abuelo le indicaba con la cabeza que sí; con las manos, que fin, y con la una sobre las otras, que ya podía dormir en paz.

3 de febrero de 2013

A tres metros de la Luna


A tres metros sobre el cielo
-¿Puedes mirar la cartelera, porfa? Estoy más aburrido que una ostra y no sé que echan este finde.
-Creo que echan Un charco bajo el agua. En todas las salas.
-Un charco bajo el agua. Ya. Venga, deja las tontadas de papá y…
-¿…Y por qué no la miras tú? No ves que estoy ocupada.
-¡Jo, tía!, que estoy aquí, echado en el sillón, viendo la tele.
-Sí, ya veo que estas... atareado. ¡Serás comodón! Pero si tienes el portátil ahí, en la mesilla, A tres metros sobre el cielo.
-¿Pero qué dices del cielo? Tú sí que estás a tres metros, pero de La Luna.
-Perdona. En que estaría pensando. Quería decir que cojas tu ordenador, que con alargar la mano tienes.
-Pero si ya estás tú ahí. ¿Tanto te cuesta entrar en una página de cine y echarle un vistazo a la cartelera?
-Sí. Me cuesta, porque estoy hablando con mi novio.
-¿Con  tu novio? ¿Qué novio? ¿Desde cuándo tienes novio?
-Bueno, ya sabes…
-¡Nooo!, que voy a saber. ¡Má! Tú sabías que…
-Ssst.Ssst. ¡Ya entro! ¡Ya entro!
-Máááááá…
-Ssssssst. ¡Que ya estoy dentro, jolines! Sala1: El vuelo; Sala2: Rompe Ralph ; Sala3: Los Miserables; Sala4: Jack Reacher…

1 de febrero de 2013

Monk

Monk
“¡Pero si es una mona!”, fueron las últimas palabras con sentido que pronunció una anciana nonagenaria instantes antes de perder los dedos índice, corazón y anular de su mano derecha por meterla en el carrito de un bebé que sus padres dejaron olvidado por descuido en el parking de un conocido supermercado de las afueras. Según se cree, una hembra de chimpancé fugada del circo Primus Pilum que días antes había perdido a su pequeñuelo en las garras de un tal Simba, asumió instintivamente la guarda y custodia del cochecito (y de la criatura que iba dentro, claro). Al parecer, la mona mordió salvajemente la mano de la anciana en respuesta a las repetidas carantoñas a las que sin miramiento alguno estaba sometiendo a  “su nueva cría”, bajo el temor de volverla a perder. Al benjamín se le encontró en perfecto estado de salud, comiéndose un plátano canario Eurobanan (con manchas negras) y diciendo algo así como “eta no é mamá, eta no é mamá”. Los padres de Monk, que así se llamaba el bebé, lamentaron el accidente de la abuela, pero agradecieron sobremanera al primate que cuidara tan bien de su retoño, afirmando que “Ellos también lo hubieran hecho”.