14 de febrero de 2018

Por los pelos.

¡Aquí!
Se quedaban discutiendo dónde pondrían el sofá, en qué lugar colgarían los cuadros o cómo pintarían la casa al verse, por fin, viviendo juntos después de abandonar el nido familiar donde todo estaba bien planchado y la mesa recién puesta. Aquí, dijo, él; allí, dijo ella; esto no funciona, dijeron los dos, y se fue cada uno por su lado. Suerte que no firmaron nada.

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