14 de abril de 2013

Sigmund


¿Qué ves? Mujer jóven o anciana.
-Y tú para de leerme la mente, maleducado. Que ya no es lo que  pienso, sino lo que digo o hago…  A todo le encuentras un significado.
-¿Y tú no? Que qué me pasa, que si parezco depresivo, que si me obsesionan esos microrrelatos, que…
-Deformación profesional, supongo. Mira, como sigamos psicoanalizándolo todo vamos a perder de vista el sentido de la realidad…
-No, si, ya, pero…  ¿viste cómo actuó el partener de Mary cuando acompañó a sus padres a la conferencia?
-Sí. Lo vi… Los vi.
-Primero, se hizo con su invitación. Después se apropió de su abrigo y de su maletín: ¿no os dais cuenta, tíos?  Esto es cosa mía.
-Ya empezamos con las interpretaciones. ¿Sabes?, con lo difícil que lo tienen los jóvenes hoy en día para emanciparse, no seré yo quien vaya a coartar ese espíritu emprendedor… No.
-Ni yo tampoco, oye, ni yo tampoco...  Y acabó sentándose entre ella y sus padres: fuera de mi territorio,  chavales.  Se os acabó el cuento.  Fue de libro. De-li-bro. Para haberlo grabado en el tablet, vamos.
-Tú hacías lo mismo, ¿sabes?  Todavía me acuerdo.
-¿Quién? ¿Yo?
-Sí, tú... ¡Tú! Se olvida lo que no interesa, ¿verdad Sigmund?

No hay comentarios:

Publicar un comentario