9 de junio de 2017

Por un problema de comprensión lectora.

¡Adiós, Richi!
Con un lacito. Así estaba atado el paquete sobre la mesa de noche. Quiso desatarlo como se deshacen los lazos, pero acabó estirando de todas partes. Para ser un libro pesaba poco. Debía contener algunas fotos. La primera página estaba en blanco. Vaya por Dios, las fotos vendrían luego. Pasó la hoja y en la segunda leyó Para Richi. Pues claro, ¿para quién si no? Pasó la segunda página esperando ver las fotos en la tercera, pero en su lugar había un Lo he intentado. A lo mejor había intentado hacer algo y le salió mal. ¿Quién sabe? Pasó la tercera y en la cuarta encontró Fue bonito mientras duró. Seguro que el concierto de Maná, o la semana en Canarias, le supieron a poco. Ya volverían en otra ocasión. Pasó la cuarta con serias dudas sobre las fotos. Adiós Richi, seguiremos siendo amigos, figuraba en la quinta. ¿Adiós? No le había dicho que fuera a ninguna parte. Y con respecto a los amigos, tenían muchos y, pfff, ahora no los iban a perder todos. De lo que estuvo seguro era de que no iban a haber fotos. Pensó que la última página estaría en blanco, como la primera, pero en letras bien grandes ponía Qué me voy, Richi, me-voy. No puedo vivir con alguien de tan baja comprensión lectora.

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