16 de enero de 2018

Bien hecho.

Proteína animal de primera calidad
Pestañeó dos veces para decir sí, o eso le pareció a él desde la entrada. Fue hacia ella sorteando clientes comidos y sin comer: "Su coche, la grúa...". La vio levantarse y salir lanzando la silla por el suelo. Él observo la factura ya pagada y encontró en el solomillo sin cortar la oportunidad de sustituir sus hidratos habituales por proteína animal de primera calidad. "Un deportivo...", explicó al camarero; "mal aparcado...",  recogió la silla; "...no volverá", se sentó en ella; "...la grúa lo tiene enganchado", sentenció esperando que le bendijera aquellos alimentos. "Quince minutos...", le oyó decir al camarero entre dientes. Le sobraron tres.

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