24 de octubre de 2012

Chanel Nº 5


¿Qué me joda?, repitió Mike saboreando la palabra y poniendo sus brazos en jarra. Mmm… Que me joda dices. Y en la densa calma que anuncia la tempestad y paraliza los impulsos, Mike asió la Glock18 que ocultaba sus espaldas de gimnasio y descerrajó encima del Chino Stuart el cargador completo, quedándose más ancho que la pelvis de una parturienta. Te lo advertí, Chino, dijo con tono distraído y mirada perdida. Te dije que estaba encoñado con esa chica y que no entraras en el territorio que marcaba su Chanel si querías seguir comiendo tofu. Pero se te ve contento: has muerto como esas ratas australianas: después de haber jodido.

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