23 de octubre de 2012

La almohada


Sofía
¡Ni hablar!, me la llevaré conmigo. ¡Qué le voy a hacer! Llevo tanto tiempo con ella. Y mira que me lo repiten: “Déjala ya, Sofía, déjala ya”... Si se enterasen mis amigas. O alguien. Sería el hazmerreir… Pero me sigue superando. La escondo en la maleta y  me la llevo. Si es que incluso voy a estar en una habitación individual por aquello de que “ya eres mayorcita”.  Pues… ¡Hecho!: te llevas tu almohada y la cambias por la del hotel. Hay decisiones para las que necesito darme un poco más de tiempo.

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