22 de noviembre de 2013

Caperucita en el país de las maravillas.

La Osa Mayor
-Papá, ¿tú no tienes frío?
-Si, brrr, estoy tiritando. Ven aquí conmigo, anda, te calentarás bajo el abrigo.
-Hace días que no me baño.
-Eso se soluciona así, como los gatos. Fíjate, ahora pareces una reina. Toma, ponte esto... ¡con corona y todo!
-Tengo hambre.
-Pero Caperucita, no haces más que quejarte. Papá esto, papá lo otro… Mira, aquella es la Osa Mayor, ¿la ves? Pues los osos, cuando hibernan, se pasan meses sin comer nada.
-¿Y qué hay del cuento aquél del señor que acostumbró su asno a no comer y se le murió?
-¿Ah, pero te lo creíste? ¿A quién se lo ocurre…? Era broma, mujer. ¿Quién se va a creer eso? Si era broma. Pura fantasía...
-Estoy cansada. Tengo sueño. Quiero irme a casa.
-Bueno, ya sabes que ahora somos…
-Si, como  caracoles con su casa a cuestas. Ya me lo has dicho... Perdiste tu empleo, mami se marchó… (¿Por qué tuvo que irse…?) ¿Y por qué tuvieron que quitarnos nuestra casa? ¿Por qué? ¿Acaso no les bastaba con eso? No hemos hecho nada. Nada.
-Caperucita, esos lobos…
-No papá, no son lobos. Son hienas, hienas. Las veía por la tele.

No hay comentarios:

Publicar un comentario