8 de octubre de 2014

Como un azucarillo

¿Pedro?
Hoy parece que ella tiene la voz más dulce que ayer, como un azucarillo. Pero no es la primera vez. Cuando viene así, acaramelada, puedes jurar que algo está buscando. Como cuando me dijo que si no me importaba quedarme una horita más, hasta las cuatro. Así que, cuando sean las tres, ficho y me largo, como un fantasma, no vaya a ser que…
-¿Pedro?
-¿Sí, jefa?
-¿Podrías quedarte una horita más, hasta las cuatro?
-Sí, jefa,  lo que haga falta, jefa. Como algo y me quedo.
-Claro, hombre. No ibas a quedarte sin comer. Sabía que podía contar contigo.

2 comentarios:

  1. La vieja táctica de la dulzura... Yo prefiero mostrarme siempre frío, así ya saben que diré que no.
    Un saludo
    JM

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    1. Jajaja. Si, que no te pillen con la guardia baja, por si acaso. Un saludo. Gracias por pasarte.

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