2 de junio de 2015

Infusiones, pócimas y brebajes.

¿Usted es bruja... o algo?
-La Inquisición no tardará en llegar.
-Toc, toc. Buenas tardes, doña Fenixia. Somos la Inqui.
-Adelante, les esperaba, pasen.
-Nos han dicho que hay una bruja.
-Si, está ahí, en el hogar.
-¿Le puede decir que salga?
-Fiuuu. Eh, bruja, que salgas…
-Pues no sale. A dónde vamos a parar. Ya no se dejan apalear ni nada. ¿Usted la conocía de algo?
-No, de nada. Llegó volando y se metió en casa.
-Es que si no sale, tendremos que llevarnos a alguien, ¿comprende? No podemos irnos de vacío.
-Ya.
-Oiga, ¿usted es bruja... o algo?
-¿Quién? ¿Yo? Que va… Solo hago manzanillas. Para el estómago, ¿sabe? Cuando me duele. Eso es todo.
-Bueno, podría valer. Infusiones, pócimas, brebajes… ¿qué más da?
-Si lo mira así…
-Hale, coja sus cosas y nos acompaña… Mire, mejor no coja nada. Le hacemos un juicio rápido, la quemamos y ya está. ¿Le parece?
-Hombre,  parecerme, parecerme… Lo que es parecerme… En fin, si no queda otro remedio… ¿Puedo pedir un deseo?
-Es que no estamos autorizados a conceder últimas voluntades. Pero como es un caso excepcional. Venga, pida, pida...
-Que me quemen con madera de limonero, que huele mejor, y que depositen las cenizas ahí, en el hogar, junto a las plumas. ¿Podría ser?
-Eso son dos deseos. Pero puede, puede…
-Muchas gracias. Les quedaré eternamente agradecida.

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