1 de septiembre de 2015

Algo pasa en el bosque.

El Consejo del bosque
El Consejo del bosque se reunió a petición de hadas y gnomos. Las luciérnagas seguían alumbrando, pero las hormigas descansaban una hora de cada cinco trabajadas, y las mariquitas vestían con lentejuelas. ¿Alguien sabe qué está pasando? Los búhos miraban con los ojos muy abiertos sin decir nada. Los ciervos correteaban de acá para allá, depositaban caquitas, y regresaban correteando de allá para acá. Y los osos, ¡ay los osos!, se habían ido a hibernar esa misma tarde. Así que preguntaron a la oca. Pero la  oca se hizo la loca y se limitó a sacudir la cola. Luego preguntaron a un salmón del río, pero abría y cerraba la boca sin articular palabra. Por último se dirigieron a una paloma torcaz, pero su respuesta fue poner un huevo… ¿Es que a nadie le importa resolver esto? La tortuga sugirió que quizá no había nada que resolver. A fin de cuentas, quién no agradecía que las ranas se callaran un rato. Así que el Consejo dio las buenas noches y levantó la sesión, dejando constancia de que si alguna criatura quería seguir haciendo lo mismo, dejar de hacer algo o hacer otra cosa diferente, podía hacerlo.

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