5 de junio de 2014

A 30 metros de pozo

Rescue dog
Mucho me temo que vienen a rescatarme, debió pensar. Habrán oído mis gemidos cuando caí al pozo. ¿Estás bien, Jefe?, les oyó preguntar. Los pelos se le erizaron e intermitentes temblores sacudieron su maltrecho cuerpo. Alguien dijo apártense, voy a por él. En tres segundos descendió los 30 metros de pozo y se plantó junto al animal. Está malherido, gritó, tendré que sacrificarle. Lo remató, lo aseguró al arnés y tiró de la cuerda para que lo extrajeran. Entretanto, ocultó el cadáver de la chica entre las basuras y escombros del fondo. Maldito perro, farfulló. Esta vez casi me trincan. 


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