2 de julio de 2015

Bíbidi Bábidi Bu

¿Qué quieres, niña?
Llegaba justo a tiempo y descubrió una carrera en su media como la maratón de Boston. Con aquella pinta no ganaba el pleito del que robó sus propias gallinas durante un arrebato de doble personalidad. Tuvo que apretar los labios con fuerza y apelar a su gran capacidad de autocontrol para evitar la expulsión de los demonios que se agolparon en su boca. Se dirigió al servicio. Se sentó y cerró los ojos. ¡Hada madrina, hada madrina…!, suspiró. ¿Qué quieres, niña? Unas medias nuevas, pidió incrédula a un par de piernas embutidas en sendos zuecos blancos que asomaron bajo la puerta del váter precedidos de una mopa. ¿Te servirán estas…? Se las caló de un tirón, dijo te quiero Maruca, le estampó un sonoro beso en la boca (¡uy!) y, con un cambio radical en el semblante, entró en la sala dispuesta a hacer desaparecer a aquellos ignorantes corruptos desmemoriados que decían no saber ni recordar nada.

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