15 de diciembre de 2012

Caracol, col, col


-Tú dirás lo que quieras, pero esta sequía nos obligará a emigrar.  
-Pero, Gualtier, si nos han crecido la concha y los cuernecillos en estos parajes. ¿Y qué le pasará a nuestra descendencia?  
-¿A nuestra descendencia? Junto con ranas, mosquitos y  langostas, teníamos que estar entre las diez plagas de Egipto. Que espabilen, si no quieren acabar en una paella de conejo en la Costa del Sol.  
-¿Y a dónde iremos arrastrándonos como gusanos, a  50 metros por hora y antes de que se nos seque el mucus?  
-Al Parque Nacional de la Caldera de Taburiente.
-¿A La Caldera? ¿Y cómo vas a subir El Reventón, a lomos de una mula? ¿O le pedimos a Kilian Jornet que cuando vuelva a correr La Transvulcania nos deje (porfa) en El Roque de Los Muchachos.  
-Si tú no vas, me voy con Otala, aunque sea pegado a las patas de una gaviota, como suponía Darwin que viajaron algunos de  nuestros antepasados.  
-Esta sí que es buena,  Gualtier.  ¡En gaviota…!  …Y como decía Darwin…  
-¿Sabes? Por mí, como si quieres entrar en hibernación estival. Pero si te quedas aquí con la que está cayendo, te vas a quedar más seco que un ammonites en Valdepeñas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario