5 de diciembre de 2012

El enterrador

Antes de que vuelva papá recogeremos la salita ¿vale? Eso te calmará un pelín.
-Tú ríete, pero si nos pilla saldremos de aquí con los pies por delante.
-Si: “Último caso de violencia familiar: un padre asesina a su hija y al novio de ésta mientras veían Lo que el viento se llevó y comían churros con chocolate en la salita de su casa”.
-Pues mira por dónde has acertado: la última vez que coincidimos me lanzó una mirada  asesina que helaba la sangre.
-¡Haaala! Mi madre dice que solo es el complejo de Electra, pero del revés: miedo a perder a su hija. Ya somos mayorcitos, hombre. Llevamos siete años juntos, vienes a casa a cada rato, os lleváis estupendamente…
-¿Y tu madre qué es, orientadora? Yo a lo que tengo miedo es a perder la vida… Y él sabe cómo dar puerta a la gente. ¿Tú crees que es habitual coleccionar esquelas mortuorias y oír cantos gregorianos para dormir?
-Comprobado, tío: estás esquizofrénico. ¿Qué esperabas del enterrador municipal: que coleccionara trufas negras? ¿O acaso tu padre no colecciona esas vitolas de puros tan cutres que expone en la peluquería? Pues no veo la diferencia, la verdad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario