-Tú ríete, pero si nos pilla saldremos de aquí con los pies por delante.
-Si: “Último caso de violencia familiar:
un padre asesina a su hija y al novio de ésta mientras veían Lo que el
viento se llevó y comían churros con
chocolate en la salita de su casa”.
-Pues mira por dónde has acertado: la última vez que coincidimos me lanzó
una mirada asesina que helaba la sangre.
-¡Haaala! Mi madre dice que solo es el complejo de Electra, pero del revés: miedo
a perder a su hija. Ya somos mayorcitos, hombre. Llevamos siete años juntos,
vienes a casa a cada rato, os lleváis estupendamente…
-¿Y tu madre qué es, orientadora? Yo a lo que tengo miedo es a perder la
vida… Y él sabe cómo dar puerta a la gente. ¿Tú crees que es habitual coleccionar
esquelas mortuorias y oír cantos gregorianos para dormir?
-Comprobado, tío: estás esquizofrénico. ¿Qué esperabas del enterrador municipal:
que coleccionara trufas negras? ¿O acaso tu padre no colecciona esas vitolas de
puros tan cutres que expone en la peluquería? Pues no veo la diferencia, la
verdad.
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