13 de junio de 2013

Que le pinchen Urbasón

¿Cuántos rejos tiene un pulpo?
-La sirena cautiva vomita pulpos de siete patas en la taza del váter, doctor. Dese prisa, por favor.
-Ya voy, ya voy... Y llámeme Doc. ¿De siete patas, dice? Los pulpos tienen ocho tentáculos, como su propio nombre indica: octopus. Igual que el malo de Spiderman Dos.
-Sí, pero los de ella tienen siete.
-Yo he visto pulpos con cinco, seis y hasta siete patas y media, porque las morenas se los comen. ¿Lo sabía?
-Haga algo… Doc.
-Póngase en su lugar. Pobrecilla. Si a usted lo capturasen unos tritones y lo llevasen al fondo del mar en una burbuja, ¿no vomitaría un número impar pongamos de… albóndigas?
-Sí, y me sentiría claustrofóbico, como el Langdon ese de El Código Da Vinci. Una vez en el puente aéreo Madrid/Barcelona vomité rollitos de primavera a los pies de la azafata. Y cuando me quedé encerrado en el ascensor de la Agencia Tributaria, la pota fue de pizza prosciuto. ¡Pero haga algo… Doc!
-Bueno, primero le pincharemos Urbasón, para que deje de vomitar cefalópodos. Y luego  le administraremos Polibutín tres veces al día durante… el tiempo que haga falta. Eso aliviará su estómago.
-¿Mi estómago?
-El de usted no, hombre, el de la sirena.

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