30 de junio de 2013

Es la testosterona

No, Bob...
-Somos dos tíos fuertes, ¿a que si?, preguntó al aire, mientras manipulaba la nueva nevera serie A como si de un cartón de huevos se tratara. Y esos… ¿quiénes eran?
-Tú eres fuerte, Bob, yo soy elástica. Sigues sin emplear correctamente los morfemas de género, y eso me irrita, puntualizó a su marido, mientras con una mano aseguraba  la olla, con la otra cerraba la puerta del microondas, y con la punta del pie izquierdo mecía la cuna de Jack-Jack situada fuera de la cocina. Esos eran... los de la PIXAR.
-Lo siento, Helen, es la maldita  testosterona. ¡Los de la PIXAR! ¿Y qué querían?
-La testosterona será. Que van a querer, Bob. Hacer una peli. Los invencibles… Los imposibles…,  o algo así. Dijeron que estaban faltos de ideas y que nosotros éramos una familia increíble. ¿Y Violeta?
-¿Pero Helen? ¿Los despediste...? Violeta, Violeta... Ten cuidado no la vayas a pisar. My God, los de la PIXAR. Eso podría significar muchos ingresos, y no vamos sobrados... AhDash apostó que  iría y regresaría de California en menos de quince minutos. Que lo sepas.
-Tú si deberías saber que eso no está bien, Bob, nada bien.
-Pero si me lo prometió…
-Te lo prometió. Y yo soy Cleopatra, Bob, la reina de Egipto. Jurado.

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